La costa de Barcelona en familia

La costa de Barcelona en familia

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Playas con guardería, parques lúdicos, arte y edificios modernistas, propuestas deportivas y culturales para todas las edades… la costa de Barcelona, en concreto los litorales del Garraf y el Maresme, es un destino muy apetecible para viajar en cualquier época del año pero, sobre todo, en los meses de verano. Una ruta por el litoral barcelonés nos permitirá disfrutar del sol y el mar en familia, pero también de tranquilos paseos y buena gastronomía.

Iniciamos la ruta en la capital del Garraf, Vilanova i la Geltrú, un activo centro turístico y comercial que conserva edificios modernistas como la Casa de l’Indiano, el mercado o las casas del paseo marítimo. Proponemos dejar la caravana o la autocaravana en uno de los campings del municipio y acercarse a la plaza porticada de la Vila, donde están el ayuntamiento y la biblioteca-museo de Victor Balaguer, que cuenta con un importante depósito de obras del museo del Prado que se renueva periódicamente, además de pinturas y esculturas egipcias, orientales y obras de la historia de la pintura catalana. Junto al museo, en la plaza de la Estación o plaza de Eduard Maristany, se encuentra el museo del Ferocarril, con una completa colección de máquinas de tracción de vapor, una excepcional muestra de la historia de los ferrocarriles españoles desde 1848. Un poco más arriba está la iglesia parroquial de Sant Antoni Abat (s. XVII), que conserva el campanario de la antigua iglesia .

Nos desplazaremos después al sector marítimo de Vilanova. Caminaremos hacia el paseo marítimo, pasando y rodeando el faro de Sant Cristòfol, sede actual del museo del Mar, que acoge objetos relacionados con el mar, la llegada de las barcas y el arte de la pesca y las redes. En el paseo marítimo están el pósit nuevo y viejo y los antiguos almacenes y casas balconadas de los marineros. En la plaza y la zona del puerto podemos ver el monumento al Pescador, el monumento a Francesc Macià y el monumento a los Hombres del Mar. Desde la plaza de Francesc Macià podemos dar un paseo también por la rambl?a, centro comercial y de ocio de la localidad que nos lleva de nuevo al centro, pero si preferirnos disfrutar del sol y el salitre elegiremos una de las playas del municipio: Sant Gervasi o dels Capellans, la de Ribes Roges, la del Far, la de Adarró y la playa Llarga, que ocupan casi seis kilómetros de arenal, con distintos servicios y grado de ocupación.

la costa del garraf

Foto 2Seguimos la costa del Garraf desplazándonos hasta la cercana localidad de Sitges, a donde llegaremos por la C-246 (está a unos 15 km), un pequeño pueblo de pescadores convertido en punto de llegada de indianos a finales del x. XVIII, que construyeron más de 80 mansiones que se pueden recorrer en cuatro itinerarios guiados. Además, la localidad se hizo famosa gracias a Santiago Rusiñol, que la convirtió en capital del modernismo artístico y creó el museo Cau Ferrat, residencia de verano del pintor y que guarda una importante colección de sus pinturas y de otros artistas como Zuloaga, Picasso, Pitchot, Casas, Utrillo, etc. Se puede adquirir una entrada combinada para ver esta pinacoteca y los museos Maricel y Romàntic de la localidad. El primero de ellos, que transformó la fisonomía de la localidad en torno a 1910, fue posible gracias al industrial y coleccionista norteamericano Charles Deering y al ingeniero y artista Miquel Utrillo i Morlius, y cuenta también con obras de gran valor que sirven de complemento al Can Ferrat, además de una terraza y un claustro que convierten al edificio en un privilegiado mirador sobre el Mediterráneo. En cuanto a la Casa Llopis, sede del museo Romàntic, cuenta con la mejor colección de muñecas antiguas de España.

Por el litoral de la localidad se extienden más de cuatro kilómetros de playas provistas de todo tipo de servicios, algunas de ellas más familiares, con aguas poco profundas y menos oleaje, y otras ubicaas en parajes más apartados, algunas de ellas nudistas. Además, Sitges cuenta con tres puertos deportivos y diversos clubes náuticos, que permiten disponer de una amplia oferta de actividades náuticas (vela, alquiler de barcos, submarinismo, piraguas….).

el parque natural del garraf

Desde Sitges, la carretera C-246 recorre las llamadas costas del Garraf, atravesando el Parque Natural del Garraf y pasando por la cala Morisca, con núcleos como Vallcarca (merece una parada); el acantilado de la Falconera (con una gran cueva en la que se puede entrar); o el pequeño pueblo de Garraf, con el edificio modernista del Celler Güell (bodega, residencia y capilla). Desde el puerto deportivo de la Ginesta sale una pista que lleva a La Pleta, el centro de interpretación del parque, que acerca al paisaje, la flora y la fauna más característicos de este espacio.

el baix llobregat

La misma C-246 nos lleva hasta Castelldefels, conocido por su larga playa de arena fina, de casi 5 km de longitud, en la que se pueden practicar deportes acuáticos, disfrutar de baños en el mar en familia, tomar el sol y pasear. Además, Castelldefels está reconocida con la marca de Destinación Turística Deportiva (DTE) en remo y piragüismo en aguas tranquilas.

El nombre de la ciudad proviene del castillo de Fels, situado en lo alto de una colina frente a la costa, cuya historia se inicia en el s. X y reconstruido con estilo neomedieval. Hoy día un espacio abierto a la ciudadanía y con la cubiertas-miradores, terrazas e interior totalmente acondicionado (en su planta baja se ubicará el Centro de Interpretación de la Historia de la ciudad). Se puede visitar todos los días.

el maresme

Siguiendo la costa llegaremos a la capital barcelonesa, que bien merece una detenida visita, que omitiremos en esta ocasión para seguir rumbo al norte por la comarca del Maresme, una alargada franja de tierra entre el mar y la sierra litoral que recorreremos siguiendo la N-II. La parte sur de la comarca se ha convertido, prácticamente, en una prolongación de la ciudad de Barcelona, pero conserva restos romanos y medievales, con localidades como Tiana, con monumentos medievales como la iglesia de la Mare de Déu de l’Alegria o la cartuja de Santa María de Montalegre; El Masnou, con una amplia playa y un interesante casco antiguo presidido por la iglesia neoclásica de Sant Pere; Premià y Vilassar de Mar, localidades de tradición marinera con huellas modernistas como la iglesia de Sant Joan de Vilassar; o Mataró, que conserva el yacimiento arqueológico de Torre Llauder, que merece la pena visitar, y con un bien conservado conjunto modernista.

A partir de esta localidad enfilamos por la costa norte del Maresme, siguiendo la misma carretera y visitando localidades pioneras del turismo en Catalunya como Caldes d’Estrac, con dos elegantes paseos marítimos que flanquean su larga playa. Tomando de nuevo la N-II hacia Arenys de Mar podemos desviarnos a la izquierda hasta lo alto de una colina, donde se ubica la torre dels Encantats (s. XIII), desde la que hay espectaculares vistas. Arenys es un tradicional barrio de pescadores que mantiene su vocación marinera en el puerto. Podemos disfrutar del paseo desde el puerto hasta la amplia playa de Llevant, y adentrarnos después en la villa por la rambla, para ver, por ejemplo, la iglesia de Santa María (s. XVII), de portada barroca, el modernista mercado municipal o el edificio neoclásico del hospital Xifré.

Aunque la costa norte del Maresme continúa hasta el límite con la provincia de Girona, pondremos fin a nuestra ruta en la localidad de Canet de Mar, que conserva también un gran conjunto modernista, con la elegante casa-museo de Lluis Domènech i Montaner, el Ateneu Catalanista y la Casa Roura. El primero de estos edificios fue construido en 1919 por el arquitecto catalán del mismo nombre, que diseñó también la Casa Roura y realizó las reformas más importantes del castillo de Santa Florentina, del s. XI.

Dónde pernoctar:

La provincia de Barcelona cuenta con una extensa red de campings, cuyas características se pueden consultar en esta web, y si vamos en ruta, desde el móvil o la tablet gracias a la app CampingES.

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