Lisboa, una ciudad cosmopolita 260 años después del terremoto

Lisboa, una ciudad cosmopolita 260 años después del terremoto

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La situación privilegiada de Lisboa en la desembocadura del río Tajo ha hecho que sea una de las ciudades más influyentes para la dominación del Atlántico, y que su puerto fuese uno de los más importantes del mundo. Allí se estableció la casa Guiné y Mina que le daría una gran pujanza al centralizar en Lisboa el comercio con las costas de Cabo Verde. Esto atrajo o a multitud de comerciantes procedentes de todos los países. Una ciudad próspera que vio su destino truncado la mañana del 1 de noviembre de 1755 cuando un fuerte terremoto sacudía la ciudad dejando a su paso miles de muertos, incontables heridos e importantes destrozos materiales. El seísmo estuvo seguido de un maremoto y de numerosos incendios que acabaron de devastar la ciudad.

La familia real portuguesa se encontraba fuera de la ciudad disfrutando de la festividad de todos los santos  y pudo salvarse de la tragedia, al igual que el primer ministro Carvalho e Melo, el marqués de Plaza del ComercioPombal. Precisamente fue el primer ministro el principal encargado de restaurar el orden en la ciudad. No mucho después de la crisis inicial se contrataron arquitectos e ingenieros, y en menos de un año, Lisboa estaba ya libre de escombros y comenzando la reconstrucción. El rey estaba ansioso de tener una ciudad nueva y perfectamente ordenada por lo que mandó construir grandes manzanas, calles rectilíneas y amplias avenidas.

A día de hoy, esta zona, conocida como Baixa Pombalina en honor al ex primer ministro, es una de las atracciones turísticas más conocidas de la ciudad. Aquí se concentra el mayor movimiento y bullicio, y a día de hoy todavía se ubican la mayoría de los negocios y comercios tradicionales. Tras el terremoto de 1755, la Baixa Pombalina fue reconstruida en estilo clásico, pero muchos de los barrios medievales permanecen casi intactos con fascinantes tiendas, restaurantes y cafés. Uno de los espacios más bonitos es la Plaza del Comercio, donde confluyen las calles de la Baixa lisboeta.Baixa_lisboa

Subir al Barrio Alto en el ascensor da Glória, es otra de las atracciones que no se puede perder el viajero que visite la ciudad. Arriba queda el mirador de San Pedro de Alcántara, buen punto de partida para conocer un barrio histórico y uno de los más animados de la ciudad. Desde allí no queda lejos el Chiado, centro de la vida cultural, como bien lo demuestran sus teatros, cafés con tradición literaria, librerías antiguas o el Museo del Chiado. Un elegante barrio comercial y residencial, que alcanzó su auge en el siglo XIX, cuando era punto de encuentro de intelectuales y artistas como Fernando Pessoa, Almada Negreiros o Eça de Queirós.

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CC Flickr. David Mc Aughtry

En las orillas del Tajo se encuentran dos de sus monumentos más emblemáticos, la Torre de Belém y el Monasterio de los Jerónimos, ambos Patrimonio Mundial. La Torre de Belém sirvió inicialmente como torre defensiva para proteger la ciudad aunque con el tiempo, pasó a ser el faro y el centro aduanero de la ciudad. Aquí también se encuentran los Museos de Arqueología, de la Marina y el Planetario.

Para conocer la historia de Lisboa y disfrutar de su ambiente y animación cultural el Lisboa Camping & Bungalows ofrece una estupenda promoción para este invierno. Del 22 de diciembre de 2015 al 10 de enero de 2016, alójate cinco días y paga sólo cuatro, tanto en bungalow como en parcela. Las reservas se deben hacer por mail en: info@lisboacamping.com, mencionado «Escapada a Lisboa».

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