En 1956, el mismo año que llegaba la televisión a nuestro país, Josep Bachs Betriu decidió montar un establecimiento de camping en la costa de Barcelona. El turismo extranjero campaba por entonces a sus anchas por toda la zona del Maresme y el único objetivo del camping era ofrecerles unas parcelas para la pernocta en tienda.
Con los años, sobre todo a partir de mediados de los 70, fueron llegando clientes con caravana a este llamado camping Roca Grossa, en la costa de Calella, y el camping amplió poco a poco sus servicios, con una oferta, ya en la década de los 90, de piscinas y pistas deportivas.
A partir del año 2000 la familia Bachs comenzó a invertir más en sus instalaciones, incorporando bungalows (hoy día cuenta con un total de 62) y ha mantenido hasta el día de hoy la misma filosofía de sus inicios: hacer sentir a cada cliente único y especial, como si estuviera en su propia casa. Al tiempo, las nuevas generaciones de la familia pretenden mantenerse firmes en la busca de la excelencia, para poder ofrecer a sus clientes siempre más de lo que esperan, eso sí, adaptándose en todo momento a las nuevas necesidades del cliente y a los cambios en el mercado y la cultura.
En definitiva, Roca Grossa es hoy en día, cuando cumple 60 años, un camping con una magnífica ubicación en la que se respira tranquilidad con vistas al mar, que se distingue por el buen trato al cliente.