Esta localidad asturiana se ha convertido en los últimos años en una visita casi obligada cuando se va de vacaciones a Asturias. Su anfiteatro de casas de colores que parecen colgadas de la montaña se ha convertido en una postal que se repite cada verano, y su nombre aparece en casi todas las listas que los portales turísticos elaboran sobre los pueblos más bonitos que ver a lo largo de nuestra geografía. Pero más allá de sus laberínticas callejuelas, sus emblemáticas casas de colores y su característica bajada al mar, Cudillero esconde muchos rincones desconocidos para el visitante pero que bien merecen una visita.
1.Caminar hasta la playa de la Concha de Artedo
A esta playa se accede a través de una senda fluvial habilitada a lo largo del río Uncín. Una pasarela de madera comunica el parking con esta peculiar playa de cantos rodados que cuando llega la baja mar descubre un gran arenal en el que tomar el sol o jugar a las palas. La playa de la Concha de Artedo está dentro del Paisaje Protegido de la Costa Occidental y ostenta el título de Bandera Azul.
2. Disfrutar de las vistas desde los acantilados de Cabo Vidio
Se trata de uno de los cabos más importantes de Asturias desde el que se puede divisar Estaca de Bares y el Cabo de Peñas. Vertiginosos acantilados de más de cien metros de altura que conforman un paisaje casi mágico y especialmente bonito a primera hora de la mañana o a última de la tarde cuando se pone el sol.
3. Comer en los restaurantes del puerto
Uno no se puede marchar de esta villa marinera sin probar su gastronomía especialmente basada en pescados y mariscos que recogen a diario los pescadores de esta y otras localidades vecinas. Tanto por el ambiente como por la calidad comer en alguno de los restaurantes del puerto es una de las mejores opciones para probar la suculenta gastronomía asturiana.
4. La playa de San Pedro de la Ribera
La playa perfecta para ir en familia. Cuenta con todo tipo de servicios: socorrista, aparcamiento, duchas y amplias zonas verdes para que los niños jueguen. Y para esos días en los que el sol parece que no termina de animarse a salir se puede realizar la pequeña ruta que va junto al río Esquiero desde la que se tienen unas bonitas vistas al mar.
5. Subir a la ermita de Santa Ana de Montarés
Una pequeña y recogida ermita a la que merece la pena acceder por las vistas panorámicas que tendremos desde arriba.
6. Dormir en la naturaleza
En Cudillero es posible dormir en perfecta consonancia con la naturaleza en el camping San Pedro de la Ribera. Este establecimiento nos ofrece la posibilidad de dormir en coquetas cabañas de madera o en verdes parcelas sombreadas. Un camping familiar para descansar y conocer el entorno sin renunciar a ninguna comodidad ya que cuenta con parque infantil, zona de juegos y una agradable terraza para disfrutar de los últimos rayos de sol del verano.
