Albacete esconde muchos rincones desconocidos, ideales para conocer en pareja por sus bellos paisajes, el encanto de sus pueblos, la hospitalidad de sus gentes y su gustosa gastronomía. Experiencias únicas que harán que el día de San Valentín sea inolvidable.

Al norte de la provincia, limitando con las provincias de Cuenca y Ciudad Real, se expande la comarca conocida como Mancha Júcar o Valle del Júcar, una tierra de monte bajo, pinos y encinas. Lo más característico de su paisaje son los interminables viñedos que se suceden en hileras hasta el horizonte. La ribera del río Júcar se convierte en un entorno ideal para pasear en pareja, o incluso para realizar actividades como el senderismo, la bicicleta de montaña o la escalada, para los más aventureros.

Para aquellos a los que les interesen las rutas patrimoniales podrán visitar en La Roda, la iglesia de El Salvador, el museo etnográfico y el centro cervantino. En Taranzona se puede conocer la Plaza Mayor, y en Villarobledo la Plaza Vieja, declarada Conjunto Histórico Artístico. En esta misma localidad el Centro de Interpretación de la Alfarería también merece una visita.

El enoturismo es otro de los atractivos de la región. En las numerosas bodegas que allí se ubican se pueden realizar catas o cursos de maridaje, así como comprar alguno de los prestigiosos vinos de Castilla-La Mancha.
El viaje se puede completar con una parada en alguno de los muchos balnearios urbanos que se encuentran en los pueblos más grandes o en la propia ciudad de Albacete. Una escapada perfecta para sorprender a tu pareja, relajarse y desconectar de la rutina.