En la localidad zaragozana de Nuévalos, a escasos kilómetros de Calatayud, se encuentra el famoso Monasterio de Piedra, un antiguo cenobio cisterciense rodeado de un sorprendente parque natural repleto de cascadas, bellísimos saltos de agua y grutas; maravillas que por las que ha sido considerado Conjunto de Interés Cultural en la categoría de Jardín Histórico.
La extraordinaria belleza paisajística de este vergel junto con el rumor del agua del río Piedra, que lo atraviesa formando diferentes cascadas a la sombra de árboles centenarios y una excepcional vegetación, hacen que sea el entorno perfecto para desconectar y disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor.
La llamada Cola de Caballo es la más famosa y alta cascada, con 53 metros de caída y tras ella la gruta Iris, con formaciones de estalactitas y salientes que hacen de mirador, aunque es la peña del Diablo el punto más panorámico del parque.
También merece la pena detenerse en el Baño de Diana, el Lago del Espejo, la Peña del Diablo… rincones mágicos, que se suman a las bellas cascadas de la Trinidad, la Caprichosa y Los Fresnos Altos y Bajos. Hay un recorrido perfectamente marcado de dos horas y media aproximadamente, que comienza en el Lago de los Patos y a través del cual podrás descubrir todos los rincones de la zona. Disfrútalo con calma, que será un recuerdo imborrable para este San Valentín.
Zona monumental
Pero no es todo naturaleza. El Monasterio de Piedra, Bien de Interés Cultural, es un antiguo convento del siglo XII, de los años de transición del Románico al Gótico, algo que se ve reflejado en su particular estilo arquitectónico. La Iglesia es el edificio central y en torno a su claustro de grandes arcos apuntados y decorados con motivos florales, se disponen las distintas dependencias monacales, como la sala capitular o la sillería.