Ibiza a bordo de una Pilote

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En pleno mar Mediterráneo y rodeada por varios islotes,  la isla Pitiusa de Ibiza, mitificada como destino hippie desde la década de los 60, se presenta, cada vez más, como un destino paradisíaco para las vacaciones en familia, con playas, calas y rincones que no dejan indiferente. Para no perderse ninguno de ellos, proponemos recorrer la isla en autocaravana, y escogemos una Pilote , un modelo integral Galaxy 740 C. Un vehículo pensado para viajar en familia con un buen equipamiento de serie y la posibilidad de escoger los acabados interiores.

G740C1 -av

Para llegar a Ibiza con la autocaravana es necesario tomar un ferry desde Denia, Valencia o Barcelona y embarcar el vehículo (las compañías Balearia y Transmediterránea tienen conexiones regulares, sobre todo en temporada alta), y si vamos con niños les encantará el trayecto por mar. El ferry nos llevará hasta el puerto de Ibiza, donde desembarcaremos y empezaremos nuestra aventura isleña a bordo de nuestra “casa con ruedas”. La isla no es excesivamente grande, así que la podremos recorrer a nuestro antojo en varias jornadas, deteniéndonos en las calas y playas que más nos gusten, comiendo en sus chiringuitos, viendo mercadillos o contemplando bellos atardeceres.

Esta primera jornada podemos dedicarla a conocer la ciudad de Ibiza o Eivissa, cuyo centro está lleno de tiendas y bares que conducen a las murallas de Dalt Vila. Hay varios accesos al recinto, el principal es el Portal de Ses Taules, pero también se puede entrar por el Portal Nou, la Portella de Sella y el Portal de Soto es Fosc, y la visita interior merece una visita, ya que guarda un importante legado histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad. Dentro del recinto amurallado hay muchos restaurantes y heladerías  (un plan perfecto, si vas con niños, es tomar una rica pizza en el restaurante Pinocho, elegir como postre su tarta de chocolate, y a media tarde degustar un helado en Vivi’s Creamery, en la zona del mercado viejo).

SANTA EULÀRIA, RINCÓN FAMILIAR CON ENCANTO

Desde Ibiza conduciremos hacia el este, hasta el municipio de Santa Eulària des Riu, en la costa oriental de la isla (hay unos 14 km desde Ibiza por la C-733 y PM-810 ), una localidad tranquila y perfecta como “base” de nuestras vacaciones, ya que tiene dos campings, donde podemos pernoctar con la autocaravana: Escana, de primera categoría, y el Cala Nova, de segunda.

Platja del Riu. Foto cedida por la Fundación de Promoción turística de Ibiza.

Santa Eulària es el lugar idóneo para unas tranquilas vacaciones con los niños, ya que aparte de la playa más urbana, a la que se accede por un bonito paseo marítimo flanqueado por palmeras (muy segura para los más pequeños) y otros arenales del muncipio (cala Martina, cala Llenya o Pou des Lleó, por ejemplo), tiene cerca de una decena rutas señalizadas para los amantes del senderismo y otras tantas para recorrer en bici, si las hemos podido llevar en la autocaravana.

Algo que no podemos perdernos en la localidad son sus mercadillos. Si en toda Ibiza merece la pena pararse en sus ellos, Santa Eulària es conocida por sus mercados de artesanía: el mercadillo hippy de punta Arabí (los miércoles de verano), el del paseo de S’Alamera (de lunes a sábado en verano), el de cala Llonga (jueves y sábados en verano), el de segunda mano Cala Leña (todos los domingos) y, sobre todo, el mercadillo hippie de Las Dalias (todos los sábados) harán las delicias de toda la familia.

Si preferimos un paseo más “cultural”, en la zona histórica de Santa Eulària podemos visitar el Molino de Can Planetes (convertido en Centro de Interpretación del Río), el museo del Trull de Ca n’Andreu, o el  museo etnográfico Can Ros (una de las antiguas casas del núcleo de Puig de Missa, rehabilitada para su uso como museo de los usos y costumbres de Ibiza), y entre visita y visita tenemos muchos restaurantes para disfrutar de la gastronomía local.

RECORRIENDO LA ISLA DE PLAYA EN PLAYA
Sea cual sea el camping elegido para la pernocta, desde Santa Eulària podemos recorrer la isla con la autocaravana, un poco a nuestro antojo, planificando el día a día sin prisas y disfrutando de cada parada. Entre las playas y calas que no debemos dejar de visitar están:

– La de Las Salinas, al sur de la isla (a la que se llega por la carretera de Sant Jordi, a mitad de camino entre Ibiza y el aeropuerto, abandonando la autovía a la altura de Sant Jordi y siguiendo las indicaciones hacia la playa) que tiene tres chiringuitos: el más barato es el primero, con comida rápida tipo hamburguesas y sándwiches; el del medio, “Jockey´s club”, es más conocido (si se desea se puede alquilar una cama balinesa y comer con su sangría al cava sintiéndote famoso por un día), y el último, Sa Trinxa, podemos dejarlo para última hora de la tarde (menos familiar y más para los que quieran escuchar música y tomar un mojito).

Playa de Las Salinas. Foto cedida por la Fundación de Promoción turística de Ibiza.

– Cala Comte, otra de las playas más conocidas de la isla (está al oeste, en el municipio de San José, y desde Ibiza hay unos 24 km, por San José y, una vez pasado el pueblo, se toma el desvío hacia la cala). Tiene un chiringuito en lo más alto con restaurante y comida rápida, con sandwich bastante grandes y a buen precio.

– Cala Bassa, en la costa occidental, Es la más frecuentada por famosos (vamos, mucho lujo y yates). El agua, como en todo el resto de calas de la isla, es cristalina, pero está bastante masificada. Está a unos 15 minutos desde San Antonio.

– Cala d’Hort, a 11 kilómetros de Sant Josep de sa Talaia (el acceso por carretera es sencillo siguiendo la señalización, aunque en el último tramo hay una bajada vertiginosa; recomendamos aparcar la autocaravana por los alrededores). Es pequeña pero muy acogedora y está rodeada por altos acantilados. Recomendamos visitarla por la tarde, para disfrutar del atardecer.

– Cala Vadella, pequeña y con aguas tranquilas, perfecta para ir con niños y con un restaurante, Cana Sofía, ideal para comer arroz. Bien señalizada para llegar desde San José, San Antonio o Ibiza.

– Aguas Blancas, en el norte de la isla, sin masificación, una playa de arena muy fina y buen oleaje. Merece la pena visitarla porque es diferente a las calas y playas del sur de la isla. Está situada entre Es Paller des Camp y Es Roig y declarada como playa nudista. Desde esta zona hay una excelente vista panorámica que abarca desde Illa Tagomago (en el sur) hasta Punta Grossa (en el norte).

–  Cala Salada y cala Saladeta: hay que llegar por un camino de arena por encima del acantilado pero tiene fácil acceso apto para niños (no con carritos de bebé). Están rodeadas de un entorno verde y los niños disfrutan mucho porque en sus aguas clarísimas, pueden ver perfectamente a los pececillos nadando. Se llega desde San Antonio, por la carretera PM–812 en dirección hacia Santa Agnes, tomando después un desvío a la izquierda.