
Toledo acaba de estrenarse como capital española de la gastronomía, tomando el relevo a Cáceres. La combinación entre patrimonio, cultura y gastronomía es lo que hizo al jurado decantarse a la hora de elegir a esta ciudad castellano manchega. Y es que, en 2016 se cumple el 30 aniversario de que la ciudad fuese declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y el 400 aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes quien durante temporadas residió en Toledo.

Pero, ¿a qué sabe Toledo? Según el propio dossier con el que se presentó la candidatura «la cocina tradicional de Toledo puede definirse como gustosa y sugerente, expresiva y luminosa, franca y directa, consistente y nutritiva. La humildad del grueso de su despensa, exige altas dosis de ingenio y de habilidad para, de esta forma, sacar lo mejor de cada producto y acertar en las armonías gustativas». En los platos toledanos se une tradición, ingenio y productos de primera calidad, generando una explosión de sabor en el paladar de quién los deguste.

La riqueza de su gastronomía reside principalmente en la caza y la matanza. La perdiz se prepara en escabeche o estofada, receta en la que la pieza se cuece lentamente con un fondo de ajo, cebolla y laurel. Otro plato muy reconocido de la ciudad es la carcamusa, un guiso caliente de ternera o cerdo acompañado con verduras y generalmente servido en cazuela de barro. El cochifrito es otro de los platos estrella para los amantes de la carne, generalmente elaborado con cordero o cabrito.
Para entrar en calor en este frío mes de enero, las sopas de ajo y las sopas castellanas son una de las mejores opciones. Se sirven en cazuelas de barro y se preparan a base de ñoras, ajo, aceite, pimentón y jamón, antes de servirse se les añaden trocitos de pan y huevo. También son especialmente tradicionales en esta época del año las miga o las gachas, platos sencillos elaborados a base de pan o harina y confeccionados con chorizo, pimiento y panceta.

Pero además de la cocina tradicional, en los restaurantes de Toledo se puede degustar toda una serie de platos innovadores en los que ingenio y tradición se combinan a la perfección. Algunos ejemplos de las nuevas tendencias gastronómicas de la ciudad son los bombones de queso manchego en escabeche de anguila, los lomitos de corzo con chutney de frutos rojos o la carcamusa de carrillera ibérica de bellota.
Y para endulzarse nada mejor que probar el famoso mazapán de Toledo, base de numerosos dulces como las anguilas de mazapán, las empiñonadas o las marquesas. En las confiterías de la ciudad se pueden comprar cajitas de estos dulces prácticamente durante todo el año.